lunes, 9 de octubre de 2017

Bestiario real, el asno.

Bestiario real, el asno.


Animales reales, el águila.

Entre los animales reales que se emplearon para representar el bien se encuentran fundamentalmente las aves, a menudo por comparación con el alma, ya que pueden ascender y alejarse de lo terrenal en busca del Cielo; en muchas ocasiones aparecen representadas iniciando su vuelo hacia el cielo. También el león o el águila por su fuerza y nobleza suelen representar valores positivos, inclusive al propio Cristo. Es frecuente encontrar leones águilas y grifos en las enjutas de las portadas o en los capiteles de las ventanas de los ábsides, como guardianes del templo. Un ave especialmente representada como ejemplo del bien es la cigüeña, por su carácter de ave de buen agüero, además de ser monógama comer serpientes. Entre los animales frecuentemente relacionados con el mal suele aparecer el mono, como caricatura grotesca del hombre, la serpiente, símbolo por antonomasia del pecado y del demonio, la liebre y el conejo asociados con la lujuria por su fertilidad, el jabalí y el cerdo por ser la lujuriosos, sucios y perezosos, la cabra, el macho cabrío, etc

Bestiario Real: Águilas


Iconografía y bestiario románico

Una de las principales misiones que tiene la escultura del románico es la de transmitir y comunicar mediante unos programas iconográficos muy detallados una serie de ideas simbólicas o descriptivas de numerosos episodios de la Biblia.


Estos programas iban dirigidos a una inmensa mayoría de público analfabeto, que se servía de esta iconografía para conocer la Biblia y poder diferenciar aquellas conductas aprobadas de otras reprobables.

Al principio se representaban únicamente escenas del Antiguo Testamento, como el Pecado Original o la Creación del Hombre, pero rápidamente comenzaron a aparecer escenas del Nuevo Testamento, y representaciones del Juicio Final, Cristos en Majestad, la Visita al Sepulcro y muchas más se hicieron cada vez más frecuentes.

Además de estas escenas simbólicas representando episodios bíblicos, el románico hizo suyo los bestiarios, haciendo muy frecuentes la aparición de animales tanto reales como fantásticos, cada uno con su propio significado. Las representaciones de la vida cotidiana no quedaron tampoco atrás, y la aparición de músicos, escenas de caza o combates entre caballeros son uno de los motivos más conocidos en la iconografía románica.

El románico hizo suyo los bestiarios procedentes de los mundos grecorromano, persa y bizantino, sacralizando la estética pagana que tenían esos animales, tanto reales como imaginarios, y convirtiéndolos en portadores de virtudes o perversiones; su aparición en canecillos y capiteles es con fines didácticos y de adventencia. El románico empleó ciertos animales con predilección para manifestar el bien y otros como formas del mal y del diablo.


Arte románico.

El Arte románico fue un estilo artístico predominante en Europa en los siglos XI, XII y parte del XIII. El románico supone el arte cristiano, agrupando las diferentes opciones que se habían utilizado en la temprana Edad Media (romana, prerrománica, bizantina, germánica y árabe) y consiguiendo formular un lenguaje específico y coherente aplicado a todas las manifestaciones artísticas. No fue producto de una sola nacionalidad o región, sino que surgió de manera paulatina y casi simultánea en Italia, Francia, Alemania y España. En cada uno de estos países surgió con características propias, aunque con suficiente unidad como para ser considerado el primer estilo internacional, con un ámbito europeo.


Las bases del arte románico son el empleo del arco de medio punto, el uso de piedra escuadrada pero no pulida y las cabeceras de semitambor adornadas con arquillos y bandas rítmicamente dispuestas; los templos se cubren con bóvedas pétreas de cañón y horno y las naves son más amplias y elevadas, al menos en comparación con antiguos edificios prerrománicos; se emplean los pilares como sustentación y no hay figuración escultórica

La época dorada del estilo por su calidad y belleza (románico pleno), se extiende en la última mitad del siglo XI y la primera del XII, procedente de Francia y transmitido fundamentalmente a través del Camino de Santiago.

Durante la segunda mitad del siglo XII y la primera mitad del siglo XIII, a medida que las soluciones arquitectónicas se afianzan y mejoran, surge el tardorrománico. Una de sus expresiones es el llamado arte cisterciense, que se expande con las abadías de la orden del Císter, expresando las concepciones estéticas y espirituales de Bernardo de Claraval (ausencia de ornamentación y reducción a los elementos estructurales).

En la actualidad, algunos de los mejores conjuntos románicos de España se concentran en Castilla y León y entre ellos destacan:
San Martín de Fromista de Palencia.
La Real Basílica de San Isidoro de León, considerado el mejor conjunto románico de España. Contiene la llamada Capilla Sixtina de este estilo.
La Colegiata de Santa María de Arbas
El románico palentino (del que se está barajando la posibilidad de declararlo Patrimonio de la Humanidad), destacando la comarca de Aguilar de Campoo (Palencia). La provincia de Palencia cuenta con el mayor número de Iglesias románicas de España.
La ciudad de Zamora, con una veintena de monumentos románicos, desde el siglo XI al XIII.
La Ciudad de Ávila, con decenas de monumentos románicos destacando la Basílica de San Vicente, por lo cual la Unesco declaró los monumentos románicos de la ciudad Patrimonio de la Humanidad.
El Grupo de Cimborrios Leoneses, compuesto por la Catedral de Zamora, la Catedral Vieja de Salamanca, la Colegiata de Santa María la Mayor de Toro, y la Catedral vieja de Plasencia. 

Iglesia de San Lorenzo, Gijón.

Las primeras noticias que se tienen sobre este templo se remontan a 1849, momento en que el Obispado de Oviedo manifestó al Ayuntamiento la necesidad de realizar una Iglesia Parroquial en Gijón, y su deseo de que éste contribuyera con los gastos que se iban a generar. En 1859 Andrés Coello se traslada a Gijón para comprobar el estado y características del terreno y realizar el proyecto.



Se erige la Iglesia en el último cuarto del siglo XIX, en estilo neogótico, siendo una de los mejores ejemplos de este estilo en la región. El edifico presentaba en su origen un remate de sus torres con agujas construidas con estructura de madera y acabado exterior de metal, zinc posiblemente.



Durante la guerra Civil la iglesia sufrió importantes daños en su interior, siendo igualmente destruidos los remates de las torres.


Ermita de San Esteban, La Piñera, Sevares.

Foto del exterior de la ermita de San Esteban, situada en la localidad de La Piñera, en Sevares.








domingo, 8 de octubre de 2017

Iglesia de Santa Maria de la O, Miyares.

Miyares tiene su iglesia, la de Santa María de la O, y una torre medieval, la del Omedal.








Iglesia de San Martín de Borines.

La iglesia de la parroquia se construyó al menos en la época moderna, ya que el edificio es plateresco, un estilo que estuvo en expansión de los siglos XV a XVII. Además, según los estudios de Hevia Ballina (2000), la iglesia, fundada el 23 de septiembre de 926, conserva documentos desde, precisamente, el siglo XVII (desde 1620 para los libros de bautizo, 1755 para los de confirmación, y 1621 para los de matrimonio y difuntos). 

Fusión de los estilos mudéjar y gótico flamígero, la fachada de la Universidad de Salamanca es uno de los máximos exponentes del plateresco. Obviamente, la iglesia de la parroquia de San Martín de Borines es mucho más sencilla, y ha sufrido diversas remodelaciones a lo largo de su historia. Así, el número XXIV de La Ilustración Española y Americana, en 1892, incluía un grabado de la iglesia -por aquel entonces en pie- que presenta grandes diferencias con el edificio que podemos observar en fotografías de principios de siglo. La iglesia actual consta de un arco de medio punto en su portada oeste, con grandes dovelas, y un alfiz moldurado.









San Pablo de Sorribes, Sevares

Perteneciente al románico asturiano, fue reconstruida en el s. XVIII, siendo su última restauración en 1941. De planta rectangular, dispone de ábside, nave, sacristía y atrio.

El ábisde es de planta cuadrada y cabecera plana, con dos contrafuertes exteriores a cuarenta y cinco grados en las esquinas. El techo tiene bóveda de arista nervada apoyada en cuatro arcos formeros de medio punto y en dos nervios diagonales con florón en la clave. En el centro de la cabecera, una hornacina con arco rebajado aloja la imagen de San Pablo; en un plano superior otro nicho de iguales características contiene un Cristo de madera tallada.

Se accede a este templo por dos entradas, una al pie, con arco dovelado de medio punto  sobre impostas molduras; la lateral, construida con elementos del desaparecido monasterio benedictino de San Martin (Soto de Dueñas), posee dos columnas cilíndricas cn basas y artísticos capiteles que soportan arco de medio punta con arquivolta (siglo XIII). El atrio, cerrado, que avanza lateralmente sobre murete y columna fusiforme, comunica con el cementerio.

Celebra su fiesta sacramental el dia del Corpus Christi; también se conmemorab la conversión de San Pedro y Nuestra Señora de los Prados (segundo domingo de septiembre).




Ermita de la Magdalena, Villamayor.





La Santa Cueva

La Santa Cueva, será sin lugar a dudas, el primer sitio a visitar. En ella se encuentran la Virgen de Covadonga, también llamada cariñosamente por los asturianos "La Santina".

El nombre de Covadonga significa Cueva de la Señora, ya que procede de la expresion latina Cova Dominica, la cual se ha ido transformando hasta llegar a la palabra actual: Covadonga.
 
Primitivamente, la capilla de la Santa Cueva era de madera, hasta que en el año 1777 se produce un incendio en el cual se pierde la imagen de la Virgen, joyas, cálices y Todas las pertenencias que en ella se encontraban.
La imagen que actualmente hay, es del S.XVI y ha sido donada por el Cabildo de la Catedral de Oviedo en 1778 como compensación a la perdida de la imagen primitiva.


También en la Cueva podemos encontrar a la derecha, poco antes de la imagen de la Virgen, el sepulcro de D. Pelayo. Aunque éste fue enterrado en una parroquia cercana llamada Santa Eulalia de Abamia, posteriormente sus restos junto con los de su mujer Gaudiosa y su hermana fueron trasladados a la Santa Cueva. Un poco más escondido se encuentra también el sepulcro de D.Alfonso I y su mujer Hermelinda (hija de D. Pelayo).

La actual capilla de estilo románico que en ella se encuentra se construyo en los años cuarenta y es obra del notable arquitecto D. Luis Menendez Pidal.

También cabe destacar el antipendio del altar que muestra una representación de la batalla de Covadonga, una obra realizada por Juan José Garcia para la II Bienal de Barcelona . Una pieza también muy hermosa es la exedra realizada al estilo y con elementos del románico asturiano  y con relieves de los reyes de Asturias.  A ambos lados de la Imagen se han colocado también unas lámparas que son reprodución del llamado tesoro de Guarrazar.




Época histórica

El Reino de Asturias, fue el primer estado cristiano establecido en la Península Ibérica después del colapso del reino visigodo de Toledo tras la muerte del rey Rodrigo en la batalla de Guadalete y la subsiguiente invasión musulmana. El reino duró desde el año 718 hasta 925, cuando Fruela II accedió al trono del Reino de León.

El reino se inicia tras la batalla de Covadonga en el año 722. Pelayo y sus compañeros situados en el monte Auseva, en una de cuyas cuevas, Covadonga, se refugiaron. Allí lograron emboscar al destacamento sarraceno, que fue aniquilado. La victoria —relativamente pequeña, pues en ella intervinieron apenas unos cuantos cientos de soldados bereberes— otorgó un gran prestigio a Pelayo y provocó una insurrección masiva de los astures. Munuza, viéndose entonces aislado en una región crecientemente hostil decidió abandonar Gijón y dirigirse a la Meseta a través del Camino de la Mesa. Sin embargo fue interceptado y muerto por los astures en Olalíes (actual concejo de Grado).

Tras el fallecimiento de Pelayo y su hijo Favila, les sucede en el trono Alfonso I. en su reinado comienza la expansión territorial del reino astur desde sus tierras situadas en los Picos de Europa hacia el oeste en dirección hacia Galicia.

Durante los siguientes cincuenta años (739-791) el reino se va afianzando tanto en territorios como en organización político-social. La sucesión de monarcas llega hasta el 791, año en el que es coronado Alfonso II el Casto. Durante su reinado realiza expediciones de castigo hacia el sur, llegando tan lejos como hasta Lisboa en 798, y en 825 vence también a los musulmanes en el Nalón. Fija la capital del reino en Oviedo y repuebla Galicia y zonas septentrionales de Castilla y León. Fue un reinado expuesto a ataques continuos de los musulmanes. Aun así, se expande, y aparece el prerrománico asturiano, dando lugar a joyas de la arquitectura medieval europea. Alfonso II instaura el culto jacobeo, y es la primera figura en el Camino de Santiago, que vincula a Asturias con Europa (especialmente con el reino de Carlomagno), teniendo como enemigo común a un sur de cultura oriental. Alfonso II era de madre alavesa, con lo que ya se ve la vocación de atraer al reino asturiano a los vecinos vascones. En la batalla de Lutos (llodos en asturiano, ciénagas en castellano), se inflige una dura derrota a los árabes y bereberes que querían acabar con la creciente amenaza que suponía el ya reino. En 808, manda forjar la Cruz de los Ángeles. Este rey encarga al arquitecto Tioda la construcciones de varios edificios de carácter regio y religioso para embellecer Oviedo, de los cuales por desgracia pocos han sobrevivido, al edificarse encima en reinados posteriores.

Los siguientes reyes, Ramiro I (hijo de Bermudo que se proclama rey tras una guerra civil) y Ordoño I, viven en un periodo de guerra continua contra los musulmanes. En tiempos de Ramiro I, se desarrolla el arte ramirense, el apogeo del prerrománico asturiano. Este rey libra la batalla de Clavijo, en la que, según la leyenda, el apóstol Santiago a lomos de un caballo blanco ayuda al ejército asturiano contra las tropas islámicas. En el año 844, una flota normanda aparecía frente a la costa de Gijón. No se sabe con certeza si desembarcaron allí, pero no fueron detenidos ya que prosiguieron hasta el lugar que las crónicas llamaban Faro de Brigantio (La Coruña), donde fueron rechazados, prosiguiendo la incursión según las crónicas hacia España (las crónicas asturianas llamaban España a al-Ándalus).

Ordoño repuebla Astorga, León, Tuy y Amaya. Establece relaciones estrechas con el reino de Navarra, ayudando posiblemente a la liberación del rey García Íñiguez secuestrado por los normandos. Dentro del proceso de vinculación con el valle del Ebro, establece alianzas con los Banu Qasi de Zaragoza, a los que también combate en ocasiones en sucesivas variaciones de alianzas. Ordoño también trata de ayudar, sin éxito, a los mozárabes toledanos en rebelión contra el emir cordobés. A su muerte, le sucede su hijo Alfonso III.

Alfonso III marca el momento cumbre de poderío del reino de Asturias. Establece relaciones muy estrechas con el Reino de Navarra, lucha y se alía repetidas veces con los Banu Qasi de Zaragoza y lucha al lado de los mozárabes de Toledo en su lucha contra el poder emiral.

En el año 908, un siglo después de que Alfonso II lo hiciera con la cruz de los Ángeles, manda forjar la Cruz de la Victoria, símbolo desde entonces de Asturias. Alfonso se casa con Jimena, noble navarra, posiblemente hija de García Iñíguez. Con el apoyo de los nobles gallegos, como Hermenegildo Gutiérrez, conquista el norte del actual Portugal. También se avanza por el Duero, conquistándose Zamora y Burgos. En el momento de apogeo, el reino asturiano ocupa todo el noroeste peninsular, desde Oporto hasta Álava.

García I, hijo de Alfonso III el Magno, después de su lucha contra su padre y sus hermanos Ordoño II y Fruela II, traslada la capital del reino a León, con lo que se crea un nuevo reino que aglutinará al asturiano, el Reino de León.
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